«El Milagro» («Mucize») es una película turca de 2015 dirigida por Mahsun Kırmızıgül y ambientada en la década de 1960. El film narra la historia de un maestro de escuela asignado a una pequeña y modesta comunidad en un remoto pueblo.

Mahir es un docente de la costa oeste turca, enviado a enseñar a una recóndita comunidad del oriente en las montañas. Contra los deseos de su familia, el maestro decide cumplir su deber y marcha a su lejano destino.

Luego de una larga jornada de viaje que presenta más de una vicisitud, Mahir se encuentra con la humilde aldea que le recibe de un peculiar modo. Presentaciones de por medio, el protagonista se entera de que no hay escuela para realizar su labor, pero sí una gran ilusión de parte de todos por su llegada.

Después de un fallido intento por conseguir que el gobierno construya una escuela para el pueblo, Mahir entiende que no puede quedarse. A pesar de las dificultades, prevalece más la vocación de enseñanza y la necesidad apremiante que el maestro tiene ante sus ojos.

Persistir hasta lograrlo

El personaje principal se determina a no abandonar su tarea. La condición que pone para quedarse es que las niñas reciban el mismo tipo de enseñanza que los niños. Con esto concedido, Mahir lleva adelante un plan para juntar dinero con el propósito de poder construir la primera escuela de la zona. La idea, apoyada por toda la población, resulta exitosa.

Asimismo, dentro del conjunto singular de aldeanos destaca un joven discapacitado llamado Aziz. Quien por su condición es a menudo excluído y víctima de burlas. El maestro asume un reto personal con este joven y, contra todo pronóstico, cambia su vida para siempre.

«Mucize» es un relato que en un principio podría considerarse una comedia divertida y sencilla. Se hace foco en una cultura diferente con tradiciones propias muy arraigadas. La fotografía del film destaca, así como la música y sus variadas interpretaciones. Respecto a la narración, se aprecia un drama distinguido y gentil que deja más de una enseñanza en el corazón del espectador. Para no perdérsela.

Silvana Aguirre