Crítica de «Espíritu sagrado», de Chema García Ibarra

Una asociación ufológica, OVNIS, el secreto para salvar a la humanidad y una búsqueda policial. Sí, aunque nada de estas cosas en un prinicipio tenga que ver, el film logra unirlas. Esta es la crítica de «Espíritu sagrado», de Chema García Ibarra.

Decoración vintage, tonalidades amarillas, grano exaltado, planos de larga duración, iluminatis, por momentos el ridículo y, sobre el final, la revelación. De todo esto habla el film dirigido por un, para muchos, director de culto. Es que hasta la misma enumeración de esta oración llevaría a pensar en un camino de superación predestinado por una devoción, fanatismo o secta.

Nunca nada más acertado. «Espíritu sagrado» toca todos esos temas. Lo esotérico es el ingrediente que García Ibarra elige, desde un inicio, para llevarnos como espectadores al problema de la película. Todo es fatídico. Cada vez queda menos tiempo para que la humanidad conozca una revelación. Sin más, para sus protagonistas, el juicio final está a días de suceder.

Los primeros minutos del film muestra un esquema técnico de estructuras triangulares que deben ser emplazadas en un descampado con el propósito de celebrar un ritual que podremos ver, parcialmente, en el desenlace de la película. La información es develada en una reunión del grupo autodenominado OVNI Levante, una asociación ufológica que quedará, luego de varios minutos de proyección, sin su lider espiritual, Julio.

Al partir su gurú hacia la vida eterna, éste dejará en manos del vicepresidente de la asociación, José Manuel, una llave. Ese depósito bifurcará el guión en dos. Para sus protagonistas será el baúl de los secretos y la clave de salvación de la humanidad. Para la policía, la prueba contundente que posibilitará el cierre de un caso.

En su primera parte de metraje, la película de García Ibarra despliega una serie de elementos que rozan lo ridículo reiteradas veces (sesiones espiritistas para encontrar a Julio en el más allá o, sin más, las expresiones de José Manuel cuando echa culpas a los habitantes de Europa del Este por migrar a España a robar). En esta búsqueda de situaciones, «Espíritu sagrado» construirá su historia.

Misticismo, incomodidad y alguien que todo lo ve

Las fuerzas de seguridad y todo el país buscan hace tiempo a una joven desaparecida (que es, ni más ni menos, la sobrina de José Manuel). La investigación, que en ningún momento lo tiene preocupado a su tío, sucede a la par de los preparativos que hacen los integrantes de OVNI Levante para «salvar a la humanidad». Cada uno de estos momentos serán dominados por el misterio y la incomodidad para hacernos reir y hasta dudar de por qué entramos a la sala a ver algo tan, a priori, bizarro.

Las locaciones elegidas para el film, todas en Elche, España, son otro de de los puntos fuertes de la película. Merece un fuerte aplauso, también, el director de arte que meticulosamente se preocupó por las pirámides y ojos omniscientes que están presentes de inicio a fin (logrando describir las creencias de los personajes y permitiendo, a la vez, su caracterización).

Seguí todo lo que pasa en el 36° Festival Internacional de Mar de Plata en nuestra web y en nuestras redes sociales.

Así las cosas, el momento de la gran epifanía universal de todos los tiempos llega. En ese momento, Chema García Ibarra decide darle una vuelta más a su propuesta. Para que lo vaticinado se haga realidad, es necesario que la hermana de la joven desaparecida asuma el rol de salvadora. Pero, como no podía ser de otra manera, primero debe ser iniciada por un gurú. Quien mejor que Julio, al mejor estilo Victor Sueiro, volviendo de la muerte para hacerlo. Luego de una instrucción express que dura algunas plegarias (o, como se las conoce en el catolicismo, oraciones de envío), el fin del mundo llega.

Fiel a su estilo, el director español muestra en el desenlace de la película su chapa y nos cuenta por qué esta película arrancó su gira en el Festival de Cine de Locarno y llegó, con creces, hasta Mar del Plata. Ninguna de las profecias fue verdad. Nunca existieron. Gracias a la denuncia de su hijo, la policia descubre que Julio fue, en vida, un traficante de órganos. La niña desaparecida que el país buscaba y su hermana, a punto de tener su misma suerte, fueron víctimas de las mentiras de Julio. Mentiras pregonadas como verdades ufológicas que responden a los delirios de una secta. Esos minutos de metraje, tan necesarios, nos devuelven las respuestas. No solo en la trama, también en los motivos por los que elegimos entrar a la sala a ver esta película.

Sin dudas, «Espíritu sagrado» es un largometraje de visado obligatorio en este 36° Mar del Plata Film Festival. Sí, podemos decir que Chema García Ibarra lo volvió a hacer una vez más. El título, desde su inicio, nos propondrá un mundo misterioso que banalmente, en burlas y tiempos de terraplanismo conoceremos de sobra. Con todo esto, lo valioso de su guión es cómo logra que permanezcamos expectantes en él, aún conociendo las reglas negacionistas. «Espíritu sagrado» es una película que nos invitará a mirar afuera y hacer caso de una buena vez a ese baldazo de agua fría que es, nada más ni nada menos, la realidad.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *