Cobertura especial | 35° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata
Vero convive a diario con albañiles y lidia con sus avances, faltas de respeto e intentos de invisibilización. En su tiempo libre ayuda a una ONG y también auxilia a una familiar que es víctima de violencia de género. Esta es la crítica de ‘En la frontera’, de José Celestino Campusano.
Vero trabaja hace muchísimos años en la industria de la construcción junto a su hermano, Abel. La obra, ese espacio presentado desde el inicio de la película como un sitio laboral exclusivo del hombre, será el sitio donde Vero deberá soportar todo intento de invisibilización por parte de sus compañeros y hasta de su hermano varón.
Mientras no trabaja, Vero visita a una amiga que es mantera y también ayuda en una ONG que asiste a personas en situación de calle. En ambos espacios el registro es brillante y responde al estilo ‘real, áspero y crudo’ que Campusano despliega en sus películas.
La historia también tendrá momentos para poner sobre la mesa algunas discusiones del feminismo. Esto sucede cuando Vero responde el llamado de su prima que es víctima de violencia de género. El registro de las discusiones de la pareja, que termina en un pedido de ayuda hacia la personaje principal, es otro de los momentos de la película que destaca, cautiva y suscita una incomodidad necesaria en el espectador/a.
‘En la frontera’ es un film que definitivamente porta el sello ‘Made in Campusano’. Aunque su guión toca mútiples tópicos, no es una película que deambula, ni mucho menos, aburre. Sin ahondar de forma profunda en los asuntos que trata, ‘En la frontera’ es un film necesario, que aconsejamos mirar y que pone sobre la mesa discusiones que nosotros como sociedad no debemos evitar más.
Podés mirar la película gratuitamente hasta el 27 de noviembre sacando tu entrada desde el sitio oficial del festival.
